Parece, a juzgar por las evidencias arqueológicas, que el Vesubio entró en erupción en octubre, (probablemente el día 24) del año 79 d. C. y no en agosto, como se nos había transmitido por los manuscritos, destruyendo las ciudades de Pompeya, Herculano, Oplontis, Estabia y cientos de villas y espacios habitados de la bahía de Nápoles.
Su terrible desgracia fue un regalo para nosotros que ahora podemos conocer cómo era la vida en la antigua Roma, especialmente la de aquellos que normalmente no podemos ver. La vida cotidiana y el día a día de la gente corriente en estas ciudades.