viernes, 31 de agosto de 2012

LOCALIZAN EN CÁSTULO UN MOSAICO DEL ALTO IMPERIO ROMANO QUE DESTACA POR SU ESTADO DE CONSERVACIÓN



Europa Press| 30 de agosto de 2012

 La ciudad romana de Cástulo, ubicada a unos cinco kilómetros de la actual Linares (Jaén), sigue proporcionando información sobre la vida en aquella época histórica. Ahora lo hace con el descubrimiento de un mosaico fechado en el Alto Imperio que destaca por su perfecto estado de conservación.

 Así se ha puesto de manifiesto este jueves durante la presentación del hallazgo en la que han participado la directora de la excavación, Concepción Choclán, y Marcelo Castro, director del proyecto FORVM MMX en el que se enmarcan los trabajos. La primera ha aludido a las "características técnicas muy interesantes" de la pieza, que posee una "gran calidad".

 Según ha explicado, las teselas son de tamaño muy pequeño, algo que suele ser propio de las primeras etapas altoimperiales y que aparecen con frecuencia, por ejemplo, en los de Pompeya. Además, llama la atención por el uso de pasta de vidrio que da las tonalidades en rojos, verdes y azules que "son extremadamente llamativas". 

 También lleva a esa etapa imperial la importante franja compuesta por un reticulado de motivos geométricos y en tonos más blancos, negros y rojos que era "muy propio de esos momentos". Se trata de un dato relevante y una "novedad", puesto que la mayor parte de los mosaicos que se conocen en el Alto Guadalquivir y en el resto de Andalucía son muy tardíos, de los siglos III y IV d.C., mientras que el de Cástulo data de "finales del siglo I o prinicpios del II después de Cristo" tanto por sus características técnicas como por los motivos que lo decoran.




 Sobre ellas, ha apuntado que presentan un "gran realismo" y aparecen "muy bien perfiladas en tonos oscuros" para que destaquen del fondo. Entre ellas, junto a animales como el león, jabalí o venado, sobresalen la recreación de dos mitos: el del juicio de Paris y el de Selene. "Son figuras muy clásicas dentro de la mitología romana y que también aparecen con frecuencia en mosaicos en Hispania pero suele ser de los siglos III y IV", ha comentado Choclán, quien ha añadido que este tipo de mosaico se ha localizado sobre todo en el sur del Mediterráneo, por ejemplo en el norte de Marruecos y en Sicilia, lo que lleva a pensar en una "relación directa" de Cástulo con esa zona.

 El director del proyecto FORVM MMX ha hecho hincapié, por su parte, en el estado de conservación del pavimento, al igual que en su momento llamó la atención el de los paramentos de estuco que acompañan esa misma sala. Se trata de una habitación amplia, de unos doce por doce metros, que formaba parte de un edificio ubicado en el centro de la ciudad, cuyo uso está por concretar.

 Según ha indicado, el inmueble, que está vacío, fue demolido intencionadamente cuando o bien no había entrado en uso todavía o había tenido una utilización "muy limitada en el tiempo". Castro ha aludido, en este sentido, a la forma de la caída y erosión del muro de cabecera así como a la retirada y el desmontaje de la cubierta que en su día debió tener y cuyos restos no han aparecido.

 "No tenemos sobre el pavimento las tejas que es lo más característico en la caída normal de un edificio. Lo primero que llega al suelo, lo más alto, de manera que fue desmontada", ha declarado sobre un inmueble con una manufactura, una manera de construir y unos recursos "muy característicos y singulares" que "por las razones que fuera fue demolido inmediatamente, quedando un montón de ruina en el centro de la ciudad en los siguientes siglos".





miércoles, 29 de agosto de 2012

TRAJANO, EL EMPERADOR HISPANO



Nacido en la ciudad hispánica de Itálica, destacó como general y fue designado por Nerva como sucesor al trono, en el año 98 d.C. Militar brillante y buen administrador, erigió en Roma notables monumentos y fue grandemente elogiado por sus panegiristas.

 Ascendió al trono imperial, en el año 98, únicamente gracias a sus méritos personales, demostrados en la defensa de la frontera germana. Así al menos lo afirmaron sus panegiristas, convencidos de que Trajano inauguraba una nueva edad de oro en el Imperio romano.

 En la tumultuosa historia de los primeros emperadores de Roma, Trajano parece inaugurar un remanso de orden y paz interna. Pocos años antes, en el 96 d.C., el reinado de Domiciano había terminado en una vorágine de terror político, denuncias, exilios, ejecuciones y con el asesinato final del propio césar. El Senado, principal víctima de aquel gobierno, llevó al trono a uno de los suyos, Nerva, quien se ganó el favor de la élite romana con un gobierno moderado y casi republicano. Hubo de enfrentarse al ejército, en especial a la guardia pretoriana, pero más allá de esta oposición, la avanzada edad de Nerva y su falta de descendencia directa lo convertían en una figura de transición y enseguida se planteó quién habría de sucederle. Fue entonces cuando las esperanzas de todos se pusieron en Marco Ulpio Trajano, un general de ascendencia hispana que había desarrollado una brillante carrera bajo Tito y Domiciano. De él se esperaba, como militar experimentado, que garantizase la defensa del Imperio, amenazado en las fronteras, pero también que restaurase el buen gobierno según el modelo de Augusto y las pretensiones de la aristocracia senatorial. 

Trajano fue el primer emperador en ser adoptado por un predecesor que no pertenecía a su familia. Además, según Plinio el Joven, Nerva le concedió el título de emperador: de esta forma se configuró una doble monarquía electiva, con un emperador civil y uno militar. 

Tras la muerte de Nerva en enero del año 98, Trajano asumió el poder de inmediato. A comienzos del año 99 hizo su entrada triunfal en Roma, después de haber ordenado ejecutar en Germania a los asesinos de Domiciano.

 En los primeros años de Trajano, la actitud modesta del emperador y la condena del régimen de Domiciano le ganaron el favor del Senado. Entre los aliados de Trajano no hay que olvidar a un grupo que desempeñó un papel destacado en su reinado: los intelectuales. Fueron numerosos los escritores que se dedicaron a ensalzar el régimen y a defender la idea de que Trajano era un príncipe ejemplar, capaz y óptimo, que venía a inaugurar una nueva era, un nuevo siglo de prosperidad y expansión para el Imperio. Este Trajano divinizado por sus panegiristas, el soberano tan afable y modesto como celoso de su poder, fue, ante todo, un comandante militar. Sus guerras de conquista en Dacia, entre los años 101 y 106, y la ocupación del reino nabateo por parte del legado de Siria, Cornelio Palma, dieron al Imperio romano la mayor extensión jamás alcanzada. En el año 114 se lanzó a la conquista de Armenia y de Mesopotamia, llegando incluso a las puertas de Babilonia. Pero al año siguiente, ya enfermo, tuvo que volver a Roma. Nunca volvió a ver la capital: en agosto del año 117 la muerte lo sorprendió en Selinunte, en la provincia romana de Cilicia. 



 

lunes, 27 de agosto de 2012

BIOGRAFÍA DE CÉSAR AUGUSTO

 
 
Caius Iulius Caesar Augustus (Roma, 23 de septiembre de 63 a. C. – Nola, 19 de agosto de 14 d. C.), en español Cayo Julio César Augusto, conocido como César Augusto y más habitualmente como sólo Augusto, fue el primer emperador del Imperio Romano. Gobernó entre 27 a. C. y 14 d. C.,Nota 1 año de su muerte, convirtiéndose así en el emperador romano con el reinado más prolongado de la Historia (en total, 44 años de mandato).
 
Nacido bajo el nombre de Cayo Octavio Turino, fue adoptado por su tío abuelo Julio César en su testamento, en el año 44 a. C. Desde ese instante hasta 27 a. C. pasó a llamarse Cayo Julio César Octaviano. En 27 a. C. el Senado le concedió usar el cognomen de «Augusto», y por consiguiente se convirtió en Cayo Julio César Augusto. A causa de los varios nombres que ostentó, es común llamarlo «Octavio» al referirse a los sucesos acontecidos entre 63 y 44 a. C., «Octaviano» de 44 hasta 27 a. C. y «Augusto» después de 27 a. C. En las fuentes griegas, Augusto es conocido como Ὀκταβίος («Octavio»), Καῖσαρ («César») o Αὔγουστος («Augusto»), dependiendo del contexto.
 
  El joven Octavio se convirtió en heredero de Julio César tras el asesinato de éste en 44 a. C. Un año después, en 43 a. C., conformó junto a Marco Antonio y Lépido una dictadura militar conocida como el Segundo Triunvirato. Como triunviro, Octaviano gobernó Roma y la mayor parte de sus provincias como un autócrata, haciéndose con el poder consular tras las muertes de los cónsules Aulo Hircio y Pansa y haciéndose reelegir a sí mismo todos los años. Tiempo después, el triunvirato se iría rompiendo ante las ambiciones de sus creadores: Lépido fue obligado a exiliarse, mientras que Marco Antonio terminó suicidándose tras su derrota en la batalla naval de Accio frente a la flota de Octavio, dirigida por Agripa en 31 a. C.
 
  Con la desaparición del Segundo Triunvirato, Octavio restauró los principios de la República Romana, con lo que el poder gubernamental pasó a establecerse en el Senado, aunque en la práctica él retendría su poder autocrático. Pasaron varios años para que se llegara a determinar la estructura exacta por la cual una entidad republicana podría ser dirigida por un único gobernante; el resultado pasó a conocerse como el Principado. El título imperial nunca llegó a considerarse como un cargo similar a lo que había significado la dictadura romana de la República, y que César y Sila habían ostentado con anterioridad; Augusto rechazó formalmente dicho cargo después de que la sociedad romana «le rogara que asumiera la dictadura». Por ley, Augusto contaba con toda una colección de poderes perpetuos conferidos por el Senado, incluyendo aquellos relativos al tribuno de la plebe y el censor. Ocupó el consulado hasta 23 a. C.4 Por otro lado, su poder real fue creciendo gracias a su poder económico y a los recursos obtenidos de sus conquistas, creando relaciones de clientela a lo largo del Imperio Romano, y ganándose la lealtad de muchos soldados y veteranos militares, la autoridad implícita en los muchos honores y títulos que le eran concedidos por el Senado, y el respeto de la gente. El control de Augusto sobre la mayoría de las legiones de Roma existentes supuso una amenaza armada que podía ser usada contra el Senado, permitiéndole de esta forma coaccionar las decisiones del mismo. Con este poder para eliminar la oposición senatorial mediante el uso de armas, el Senado pasó a adoptar un perfil dócil hacia su estatus soberano. Su reinado por medio del clientelismo, el poder militar y la acumulación de los cargos propios de la extinta República, se convirtió en el modelo a seguir para los posteriores gobernantes.
 
El mandato de Augusto inició una era de paz relativa conocida como la Paz romana o Pax Augusta (en su honor). Salvo por las constantes guerras fronterizas, y con la excepción de una guerra civil de sucesión imperial que duró un año, la sociedad del Mediterráneo gozó de un ambiente pacífico durante más de dos siglos. De igual forma, Augusto expandió el Imperio Romano, asegurando en el proceso sus fronteras mediante la subordinación a Roma de las regiones circundantes. Además, celebró un acuerdo de paz con el Imperio Parto —el más poderoso de sus vecinos— por la vía diplomática, reformó el sistema tributario romano, desarrolló redes de caminos que contaban con un sistema oficial de mensajería, estableció un ejército permanente (así como un pequeño cuerpo de marina), y creó la Guardia Pretoriana junto a fuerzas policiales de seguridad, tanto para mantener el orden como para combatir los incendios en Roma. Resulta destacable añadir que gran parte de la ciudad se reconstruyó bajo su reinado.
 
  Tras su muerte en 14 d. C., el Senado lo divinizó, siendo posteriormente adorado por el pueblo romano. A manera de legado, sus nombres «César» y «Augusto» serían adoptados por todos los emperadores posteriores, y el mes de Sextilis sería renombrado «Agosto» en su honor. Asimismo, sus logros son relatados en un documento conocido como «Los hechos del Divino Augusto» (Res gestae Diui Augusti) que, a petición del propio Augusto, fue grabado en un par de pilares de bronce y colocado enfrente de su mausoleo, llegando tiempo después a tallarse en gran cantidad de edificaciones, muchas de las cuales han sobrevivido. No obstante, este material es considerado poco objetivo históricamente, y más bien es tratado como un escrito publicitario cuyo objetivo es ofrecer una visión idílica del principado ejercido por Augusto. Tras un largo proceso para solventar los problemas en torno a su heredero, César Augusto fue sucedido por su hijastro Tiberio.
 
Para leer más: Wikipedia
 
 

BIOGRAFÍA DE Q. HORACIO FLACO



Quinto Horacio Flacoen latín Q. Horatius Flaccus,  (Venusia, hoy Venosa, Basilicata, 8 de diciembre de 65 a. C. – Roma, 27 de noviembrede 8 a. C.), fue el principal poeta lírico y satírico en lengua latina.

 Era hijo de un esclavo liberto, si bien nació cuando su padre ya gozaba de la libertad. Su padre, aunque pobre, invirtió mucho dinero en la educación de su hijo, acompañándolo a Roma donde inició sus estudios de Gramática con Orbilio y, probablemente, los de retórica con Heliodoro. A los 20 años de edad se trasladó a Atenas para estudiar griego y Filosofía en la Academia con Teomnesto, donde tomó contacto por primera vez con el epicureísmo. Horacio siempre reconoció los cuidados y el gran sacrificio que su padre hizo por él, siendo la relación con su progenitor uno de los más bellos episodios de amor filial que sobreviven del periodo clásico. 

Tras el asesinato de Julio César, se unió al partido republicano, formando parte del ejército que Marco Junio Bruto preparaba en Grecia para oponerse a los triunviros Octavio y Marco Antonio, siendo nombrado tribuno militar. El ejército republicano fue derrotado en la doble batalla de Filipos (42 a. C.), en la cual, dadas sus escasas aptitudes militares, hubo de escapar para salvar así su vida. Cuando Octavio decretó una amnistía a favor de aquellos que habían luchado en su contra, Horacio decidió volver a Roma, conociendo entonces la noticia de la muerte de su padre y la confiscación de sus propiedades. Sumido en la pobreza, consiguió no obstante trabajo como escribano de cuestor, un puesto que le permitió practicar su arte poético.

 Con el tiempo, Horacio fue ganando el respeto y la admiración de los círculos literarios romanos, al que pertenecían Virgilio y Lucio Vario Rufo, quienes le presentaron a Cayo Mecenas (38 a. C.), amigo y consejero de César Augusto. El emperador le brindó su protección, llegándole a ofrecer un puesto como secretario personal, si bien Horacio declinó la oferta debido a sus principios epicúreos. Mecenas llegó a convertirse en su protector y amigo personal, y obsequió a Horacio con una finca en Tiber, en las montañas Sabinas (33 a. C.), donde el poeta se retiró a redactar sus obras. Su amistad fue tal que incluso fueron enterrados el uno junto al otro.

Su obra poética no se redujo al género lírico, sino que también tocó otros subgéneros. Los críticos proponen dos periodos de su producción.

 Un primer período en el que compuso Sátiras, poesía crítica con abundantes elementos autobiográficos que persigue un fin moral y Epodos, composiciones de carácter lírico en las que tampoco está ausente la crítica social. El epodo es una composición de origen griego destinada al insulto y al improperio. Alguno de los epodos de Horacio conservan este carácter, pero otros son de carácter eminentemente lírico. Destaca aquel cuyo comienzo: Beatus ille, ha dado nombre a un tema literario, la alabanza de la vida en el campo. 

En el segundo periodo escribiría Odas y Epístolas:

 Las odas son composiciones de carácter lírico que constituyen la obra cumbre de la lírica latina. Son cuatro libros con un total de 104 odas. En ella se jacta de haber sido el primero en transplantar al latín la lírica eolia en su conjunto, imitando los temas y los metros líricos griegos, sobre todo de Alceo, Safo y Anacreonte. Horacio tiene conciencia de que sus odas son lo mejor de su obra y afirma que serán más duraderas que el bronce. En las Odas el componente fundamental es el lírico. Podemos agrupar las odas en varios grupos temáticos: alabanza de Augusto, elogio de la amistad, tema filosófico y moral, el amor, y finalmente el campo y la naturaleza. Expone el poeta su filosofía de la vida: hay que saber hacer uso de las riquezas y ser generoso; no hay que dejarse abatir por la adversidad y debe uno gozar de los bienes presentes, que son precarios; lo mejor para ser feliz es la aurea mediocritas, “áurea mediocridad” . Hay una invitación a gozar del momento presente, ya que el día de mañana es incierto: carpe diem. Este tema tendrá gran fortuna en la literatura universal.

 Las Epístolas es la poesía de la reflexión moral y filosófica. Entre éstas últimas destaca su Epistola ad Pisones, más conocida como Arte Poética, en la que sienta principios de preceptiva literaria que han tenido durante siglos pervivencia en nuestra cultura.

Via: Wikipedia

 

sábado, 25 de agosto de 2012

LA TRAGEDIA DE POMPEYA Y HERCULANO



El 24 de agosto de 79 d.C., el Vesubio entró en erupción. Primero, una lluvia de cenizas fue cubriendo las casas y las calles de Pompeya y Herculano. Gran parte de los habitantes huyeron, pero los rezagados se vieron sorprendidos por varias oleadas de materiales volcánicos que dejaron cientos de víctimas y enterraron totalmente ambas ciudades.

El 24 de agosto del año 79 d.C., hacia el mediodía, el Vesubio entró en erupción. Los habitantes de los pueblos del contorno emprendieron la huida, pero muchos cayeron bajo terribles corrientes de gases y cenizas que causaron miles de víctimas. 

El 5 de febrero del año 62 d.C., Pompeya ya había resultado casi totalmente destruida por un terrible terremoto y por los incendios que siguieron al temblor. La reconstrucción fue lenta, y diecisiete años después todavía proseguían las labores de reparación y embellecimiento. Por eso, es posible que los temblores de tierra que sacudieron la ciudad durante la segunda mitad del mes de agosto del año 79 d.C. incitaran a muchos pompeyanos a huir hacia Nápoles e, incluso, a marchar a Roma. En todo caso, nada anunció lo que iba a ocurrir el 24 de agosto de ese mismo año. Poco después del mediodía, una tremenda explosión lanzó al aire el tapón rocoso que cerraba el cráter del Vesubio. Una enorme columna de gas, humo y ceniza se elevó hasta una altura de varios kilómetros. Mientras ascendía, el material iba perdiendo su forma gaseosa y se iba convirtiendo en cenizas y piedra pómez, que en las horas siguientes empezaron a caer anegando casi toda la parte oriental y meridional de las faldas del Vesubio.

 Pompeya acabó ahogada por una capa de más de dos metros de ceniza y piedra pómez. Muchos murieron por el desprendimiento de los techos de las casas, incapaces de soportar el peso de las cenizas. Otros, la mayoría, lograron huir. Pero los rezagados sufrieron un destino terrible, cuando, en la madrugada y la mañana del día siguiente, sucesivas oleadas de gases y material incandescente se abatieron desde el Vesubio hacia Pompeya, Herculano y las demás poblaciones en torno al volcán, matando en el acto a cientos de personas y dejándolo todo cubierto por espesas capas de residuos.

 Los restos de las víctimas de la gran erupción del año 79 empezaron a salir a la luz en los siglos XVIII y XIX. Fueron primero esqueletos cubiertos por piedra pómez; luego, moldes humanos, elaborados por los arqueólogos según un ingenioso procedimiento que consistía en rellenar con escayola los huecos que los cuerpos, al descomponerse, habían dejado entre las capas de cenizas.

 Gracias al trabajo de generaciones de arqueólogos, historiadores, excavadores y aficionados conocemos el nombre de más de dos mil personas que vivieron en Pompeya en los dos últimos siglos de su existencia. No es mucho si lo comparamos con los entre doce mil y veinte mil habitantes de la ciudad en el momento de la erupción. Pero bastante para evocar la vida de algunos de ellos, sobre todo de los que murieron aquella mañana veraniega. De éstos se han encontrado unos cuatrocientos cadáveres y otros setecientos huecos dejados por los materiales piroclásticos. Naturalmente, no podemos saber a quién pertenecía cada cadáver, pero sí se han podido estudiar algunas de sus características fisiológicas e, incluso, su ADN. 

Plinio el Viejo fue la víctima más ilustre de la erupción del Vesubio, pero hay dudas sobre las verdaderas causas de su muerte. Al llegar a Estabia el día de la erupción, por la tarde, se alojó en la villa de un amigo. La acumulación de ceniza y piedra pómez aconsejó, a la mañana siguiente, huir del lugar. Todos se dirigieron a la playa, pero el viento impidió que zarparan en botes. Plinio se tendió sobre una sábana, bebió agua fría y entonces falleció. Según el testimonio de su sobrino Plinio el Joven (Epist. 6, 16), murió asfixiado, lo que sugiere que fue víctima de la última onda piroclástica que se abatió sobre la zona. Sin embargo, el que sus acompañantes sobrevivieran ha hecho pensar que pereció de un ataque al corazón.



 

LA CAÍDA DE NUMANCIA


 En 135 a.C., el Senado romano eligió a Escipión para doblegar a Numancia, la ciudad celtíbera que llevaba veinte años resistiendo a las legiones. Sus habitantes prefirieron morir antes que rendirse.

 Los numantinos resistieron el poder de las legiones de Roma durante veinte años, hasta la llegada de Escipión, un implacable general que logró rendir la ciudad por hambre. Publio Cornelio Escipión sería recordado por los romanos, según el historiador Valerio Máximo, como el hombre que «barrió de la faz de la tierra a los dos ciudades que más amenazaban el poderío de Roma». Esas dos ciudades fueron Cartago (cerca de la actual Túnez), conquistada y destruida por Escipión en 146 a.C., y Numancia (próxima a Soria), la ciudad celtíbera que el mismo general conquistó y destruyó trece años después.

 A primera vista, esta equiparación entre la poderosa capital cartaginesa y Numancia, «una ciudad bárbara y pequeña, de escasa población» -según el historiador Apiano-, podría parecer una licencia retórica. Pero esa impresión desaparece si se sigue la historia del «largo y difícil conflicto» que Roma tuvo que afrontar en Hispania, una guerra de veinte años de duración que exasperó a los romanos como ninguna otra, y que sólo terminó gracias al talento y la fuerza de ánimo de uno de los más grandes generales de la historia.

 El origen del conflicto se sitúa en la llamada guerra celtibérica (154-151 a.C.), que enfrentó por primera vez a los romanos con los pueblos de la Celtiberia, asentados entre el curso alto del Duero y el Ebro medio: titos, belos y, especialmente, arévacos. La ciudad más importante de estos últimos era Numancia, que se levantaba en lo que hoy es el término de Garray, a ocho kilómetros de Soria. Situada en un montículo que dominaba la unión del Duero y dos de sus afluentes, y que constituía una excelente posición defensiva, Numancia acogió desde el inicio de la contienda a los guerreros de otros pueblos vecinos, y se convirtió en el símbolo de la resistencia celtíbera frente a Roma.

Los sucesivos gobernadores romanos -pretores o cónsules que se renovaban cada año- atacaron repetidamente la plaza, pero no lograron conquistarla. Todo lo contrario: los arévacos concentrados en Numancia infligieron a los ejércitos romanos derrota tras derrota, humillación tras humillación. «Apenas si había romano que resistiera la mirada y la voz de un numantino», comenta el historiador Floro. Llegaron incluso a infundir temor en la ciudadanía de Roma. El historiador Polibio, que bautizó este conflicto como «guerra de fuego», escribe que «era claro que aquella guerra los acobardaba y entre los jóvenes cundió un desánimo extraño», por lo que trataban de evitar que los alistaran para la guerra en Hispania.

Después de cuatro años de fracasos, los romanos aceptaron dejar en paz a Numancia a cambio de una compensación simbólica en forma de rehenes y dinero. Durante los años siguientes, los romanos estuvieron ocupados intentando sofocar otro «incendio» en el sur de la Península: la guerra contra Viriato, en Lusitania. En 144 a.C., las «llamas» de ese conflicto se extendieron hacia el norte y llegaron a Celtiberia, donde Viriato incitó a arévacos, titos y belos a rebelarse contra Roma. Éste fue el origen de lo que los historiadores antiguos denominan «guerra numantina» y que en realidad constituía el segundo y último episodio de la «guerra celtibérica» iniciada diez años antes.

Otra vez los celtíberos se concentraron en Numancia, y de nuevo Roma se sintió impotente frente a los numantinos, a pesar de que envió uno tras otro a sus cónsules anuales al frente de grandes contingentes de infantería y caballería: Quinto Cecilio Metelo, Quinto Pompeyo, Marco Popilio Lenas, Cayo Hostilio Mancino... Este último, gobernador en 137 a.C., se dejó sorprender por los numantinos y al ver sitiado a su ejército no tuvo más remedio que aceptar un tratado de paz, «de igual a igual», entre Numancia y Roma. Los romanos no recordaban un revés parecido desde la batalla de las Horcas Caudinas, casi doscientos años antes, cuando los samnitas derrotaron a varias legiones romanas y obligaron a su general, Herenio, a aceptar una humillante rendición.

 Siguieron tres años de tregua en que los sucesivos gobernadores romanos prefirieron dedicarse a saquear las tierras limítrofes a las de los numantinos. Cuando el último de estos gobernadores, Cneo Calpurnio Pisón, acabó su mandato a finales de 135 a.C., se retiró con su ejército a la Carpetania (las tierras de los carpetanos, en la zona de Toledo) para pasar el invierno.

 El sustituto de Calpurnio fue Publio Cornelio Escipión Emiliano. En 133 a.C., tras ocho meses de duro asedio, Numancia se rindió al gobernador de Hispania. La mayoría de sus habitantes se suicidó antes que caer en manos romanas. La ciudad fue destruida y los numantinos que quedaron con vida fueron esclavizados.



.

jueves, 23 de agosto de 2012

COMIENZAN LOS CURSOS DE LATÍN EN LA SCHOLA LATINA VNIVERSALIS


A. Gratius Avitus 22/08/2012 

La SLU defiende la enseñanza del Latín como lengua común europea y considera que su aprendizaje sólo es verdaderamente eficaz usando la lengua activamente, escuchándola y hablándola. 

La Schola Latina Universalis es una escuela internacional de latín que empieza en septiembre de 2012 su noveno año académico y que ha sabido ganarse una reputación de excelencia en la enseñanza del latín como lengua viva. Centenares de alumnos dan fe de su éxito y demuestran que el latín es una lengua como todas las demás, que puede aprenderse de manera mucho más agradable y eficaz de lo que se hace a menudo.

 Esta institución virtual, única en el mundo y creada para promover y mantener perenne el uso vivo del latín, basa su actividad en el método creado a este efecto por Clément Desessard, Lingua Latina sine molestia (Le Latin sans peine), que sacó a la luz la conocida editorial Assimil. Con el título de Sermo Latínus, que subraya su naturaleza activa, los cursos en línea, originalmente creados por A. Gratius Avitus y actualmente impartidos por Maja Davidia y A. Tullia Scholastica, se ofrecen de una manera absolutamente gratuita a todos los que se hayan hecho previamente por su cuenta con un ejemplar del método de Desessard (material impreso y sonoro).

 Cuantos quieran aprender latín, la lengua eterna de nuestros mayores, de forma que puedan no sólo leer los textos con comprensión sino también escribirla con naturalidad y hablarla con fluidez en toda circunstancia, están invitados a inscribirse a estos cursos para devolver de nuevo a la vida activa y al uso cotidiano el único patrimonio lingüístico común que Europa ha conocido jamás. 

El curso intensivo, con las 101 lecciones en un año a un ritmo de una cada dos días, empieza el lunes 17 de septiembre. Los alumnos que prefieran cursarlo durante dos años, con 56 lecciones el primer año a un ritmo de una cada tres días, y las 45 restantes el segundo año al mismo ritmo, comenzarán el lunes 24 de septiembre. 

Via: CulturaClásica.com

sábado, 18 de agosto de 2012

ANIBAL, EL PEOR ENEMIGO DE ROMA (Documental completo)


 
El caudillo cartaginés, que juró dedicar su vida a la total derrota de Roma, estuvo a punto de lograr su objetivo cuando atravesó los Alpes y aplastó al ejército romano en Cannas, en 216 a.C.
 
Desde que, siendo un niño, su padre le hizo jurar odio eterno a Roma, Aníbal soñó con destruir a la gran rival de Cartago. A punto estuvo de lograrlo con su arrolladora invasión de Italia de 218 a.C., pero la suerte se volvió en su contra.
 
 Un historiador romano admitió que Aníbal sobrepasó a todos los generales de su época por su talento militar, aunque otros denunciaron su «perfidia púnica». Cuando aún no había cumplido los treinta años, se lanzó a lo que sería la misión obsesiva de su vida: vengar a su patria y obtener para ella la supremacía en el oeste del Mediterráneo. Contaba para ello con el apoyo del sector político dominante en el Consejo de Cartago, con un entrenado ejército -en el que se mezclaban los componentes africanos e hispanos-, y sobre todo, con un odio inextinguible hacia Roma y lo romano, que le inculcó su padre desde su infancia. Aníbal fue fiel a su juramento hasta el final de sus días.
 
 En cuanto fue proclamado general del ejército cartaginés en Hispania, tras la muerte de su cuñado Asdrúbal, puso en marcha su plan: la provocación de Sagunto, la inmediata partida hacia su objetivo, la perfecta realización de su marcha hasta los Alpes, su irrupción, anunciada pero increíble, en Italia, su habilidad para hacerse con el apoyo de las tribus celtas del norte de la península Itálica... el terror se apoderó de Roma. Pero luego vendría la maniobra envolvente sobre Roma, detenida inexplicablemente en Capua, los éxitos de Publio Escipión (hijo) en Hispania, el progresivo aislamiento del ejército cartaginés en el sur de Italia, la derrota en Sicilia, el fracaso de la operación envolvente desde Macedonia, hasta el hachazo definitivo que supuso para la estrategia de Aníbal el descalabro de los refuerzos que traía su hermano Asdrúbal de Hispania en la batalla de Metauro (207 a.C.).
 
La batalla de Zama, en 202 a.C., constituyó la estrepitosa derrota del sector más belicoso de los cartagineses, capitaneado por los Barca. Escipión el Africano aniquiló finalmente el ejército de Aníbal. Roma exigió su cabeza y Aníbal debió exiliarse; durante doce años vagó por diversas cortes orientales. Hasta que el Senado de Roma envió unos legados para capturar al cartaginés. Pero éste, antes de rendirse, prefirió suicidarse. Corría el año 183 a.C., casualmente, el mismo año en que murió Escipión, el único hombre que le venció en el campo de batalla y con el que siempre había mantenido una relación de mutuo respeto.
 
 


 
 "Aníbal, el peor enemigo de Roma", a medio camino entre el documental y la ficción, realizada por Edward Bazalgette y por Ailsa Orr, productora de "Pompeya, el último día", combina imágenes por ordenador, dramatizaciones filmadas de manera tradicional y la investigación histórica más rigurosa y actual para narrar la historia del hombre que enseñó a Roma el significado de la palabra miedo. Más de 400 actores, incluyendo extras y especialistas, han participado en esta impresionante producción protagonizada por el actor Alexander Siddig, que da vida a Aníbal Barca, el general cartaginés, admirado por Napoleón, al que todavía hoy se considera uno de los genios tácticos más grande de la historia militar.

viernes, 17 de agosto de 2012

LATINE LOQVERIS?


Luis Alberto Carrión Martín  www.revistaatlantida.com 18/07/2012 

Salutem dico: 

Hablamos en latín todos los días porque el castellano semilingua latina est. Todos somos medio latinos, medio "Cicerones" cuando hablamos en público, medio "Plautos" cuando nos reímos, medio "Sénecas" cuando reflexionamos, medio "Catulos" cuando nos enamoramos. Palabras con sentido, color en la boca y dulzura en el oído. Las lenguas son eso. Amor y odio. Amor por algo lejano, distante, enigmático; odio por algo ignoto, ¿descabellado? 

Latín que está oxidado. Latín de ite missa est, latín que recuerda a rosario y misa rezada para aplacar nuestras miserias. Per saecula saeculorum para todo nuestro humilde saber y no se quede en eso, en siglos, sino en corazones llenos de conversaciones amenas y afables al socaire de la lengua de Escipión. Todo es memoria, todo es reminiscencia de nuestra voluntad de aprender, sapere aude, ¡atrévete a saber! No hay nada imposible para nuestro espíritu. Quid lingua latina est? ¿Es el recuerdo de la lengua primorosa de Virgilio? ¿Latín es un puñado de aforismos vacuos, pedantes entre tertulias, rimbombantes en ejemplos, atávicos en la épica del discurso? 

Lengua franca en la Edad Media, al igual que la lengua "bárbara" del inglés de la época de "En Medio". Lengua tacitorelegada por la entrada al "hall". Todo es un "pack" reversible que se convertirá en un saccum que amanecerá en el vestibulum de nuestra concordia lingüística. No hay excusas, no hay pretensiones, sólo litterae para conocerse y no "christmas". El inglés queda "in" dentro de un "set" de modernidad decadente o devoradora de cifras económicas. Cuando uno tiene "denarios" es más aristócrata, más elegante y pertinaz en el buen estilo que el cochambroso y vulgar "money" que alude al mono. Todo es latín de ida y vuelta. Partimos del Lacio para regresar al Latium y juntarnos en Britania o en Hispania. No es la concordia ordinum o el consensus omnium bonorum sino la corcondia omnium linguarum para tener la humanitas y no ser barbarus en medio de la mediocridad reinante. 

Somos unos "outsiders" del foro, de la lucha dialéctica, de las distancias cortas. Modificando la frase Graecum por Latinum est, non legitur, la lengua se habla y luego por cariño y hermanamiento se lee por ello. Cur latine loqueris? Sólo está en ti. Cuando hablas, callas. Silencio de lenguas y ruido de historias. Bajas a Virgilio y te acuerdas de Eneas para decirle Ut vales? Épicamente te responde: Optime tecum. Podrás ser el protagonista de la Eneida, ¡ah! el amante en los versos de Ovidio, el que disfruta de la vida en Horacio, el "pillo" en Plauto, el general en Tácito. Todos los autores te verán leyendo su lengua, todos los libros te esperarán para que les hables con tus ojos y tus manos. ¡No te defraudarán! Sigue sus consejos, critica sus ideas, emula las hazañas de sus héroes, disfruta con sus poemas de amor, pero sobre todo vive, en el buen sentido del término, goza de la vida con sus obras. Así es el latín, un enigma no resuelto, acróstico mal leído, palíndromo mal construido. Tendrás la llave, la clave de alguna casilla, con sermo latinus, las demás están abiertas. 

Cura ut valeas.



Via: CulturaClasica.com

jueves, 16 de agosto de 2012

EXPOSICION: ROMANORVM VITA (Última semana en Gijón)



ROMANORVM VITA nos invita a pasear por una ciudad romana reconstruida a partir de descripciones literarias y testimonios arqueológicos de hace 2.000 años. Descubriremos que los romanos no se diferencian tanto de nosotros... 

 Viajar en el tiempo, conocer cómo vivían los hombres y mujeres de otras épocas y saber qué actividades y rituales realizaban han sido fantasías recurrentes en la historia de la humanidad. 

 El Imperio romano ha sido uno de los destinos predilectos de este tipo de viajes, un período fascinante que ha inspirado novelas, películas y series de televisión. 

 Por un lado, nos entusiasman la grandeza y la opulencia de la vida imperial. Por otro, nos conmueven esos pequeños detalles que acercan la vida romana a nuestra propia realidad y nos hacen sentir herederos de una cultura milenaria. 

 Mucho más que una exposición.

HALLAN UNA ÁNFORA ROMANA CON VINO DE LA ÉPOCA



 laopiniondemalaga.es | EFE | 10 de agosto de 2012 

Un ánfora romana del siglo I destinada al transporte de mercancías desde Hispania hasta Roma, que fue hallada en 1960 en Vélez-Málaga, está llena de un líquido que los arqueólogos aseguran que es vino de la época.

El concejal de Cultura y Patrimonio de Vélez-Málaga, José Antonio Fortes (PP), ha explicado que el ánfora, que estaba sellada con resina y cal y tenía un tapón "hermético" contiene entre 25 y 30 litros de un líquido que los técnicos municipales estiman que es vino. 

 Esta pieza arqueológica ha sido encontrada durante los trabajos de catalogación y limpieza de los fondos del Ayuntamiento que se están llevando a cabo para la próxima apertura del Museo de la Historia de la Ciudad. 

 El ánfora fue descubierta en 1960 en el marco de un programa de búsqueda arqueológica emprendido por la Diputación y fue almacenada en los sótanos del palacio de Beniel, donde ha permanecido olvidada hasta ahora.

 La vasija fue hallada en las proximidades de la desembocadura del río Vélez, en los restos de la antigua ciudad de Maenoba, y fue datada en el siglo I. 

 "Se trata de la época de mayor profusión de viajes entre la Bética y Roma, cuando la mercancía iba con mayor asiduidad incluso que ahora, y se transportaba lo que era típico de aquí: el vino, el aceite, los higos o la seda", ha explicado el edil. 

 Según Fortes, el arqueólogo del Ayuntamiento de Vélez-Málaga se decanta por que el contenido sea vino, ya que los recipientes que se empleaban para transportar el aceite tenían menos cuello. 

 El objetivo del Consistorio es ponerse en contacto con el Consejo Regulador del Vino de Málaga o algún laboratorio especializado para analizar el contenido del ánfora. 

 "Por el tipo de sellado, el contenido tiene que estar en perfectas condiciones y queremos saber qué sabor tenía el vino de la época, si era una variedad de hidromiel o era ya el típico vino dulce de esta zona", ha señalado Fortes.

 El ánfora tiene aproximadamente un metro de altura, dos asas para facilitar su transporte, un cuello largo, un lacrado formado por cal y resina y una base en forma de punta, lo que obligaba a colocarla sobre unos soportes en los barcos de transportes. 

 Esta vasija formará parte del Museo de la Historia de la Ciudad, que albergará piezas de las épocas mesopotámica, griega, fenicia y romana en el antiguo Hospital de San Juan de Dios, fundado por los Reyes Católicos a finales del siglo XV. 

 El futuro museo contará con los restos fenicios que son propiedad del Ayuntamiento de la localidad, que dispone de un conjunto de yacimientos datados entre los siglos IX y IV a.C., fundamentales para conocer la colonización fenicia en el Mediterráneo occidental.