domingo, 23 de diciembre de 2012

EL CANTO DE LA SIBILA (Sibila Latina, Anónimo, s. X)


 
SIBILA LATINA: Judicii Signum - Anónimo (Córdoba, Siglo X).
Intérpretes:
- Montserrat Figueras (Soprano).
- Tina Aagaard, Arianna Savall (Sopranos).
- Laurence Bonnal (Contralto).
- Begoña Olavide (Mezzosoprano y Psalterium).
Imágenes: Pintura Neoclásica Holandesa (Lawrence Alma-Tadema)
 
  Se trata de un drama litúrgico y un canto gregoriano,  que tuvo mucha difusión durante la Edad Media en el sur de Europa, y que, en la actualidad, se interpreta en la noche del 24 de Diciembre, de manera tradicional durante la misa de gallo, en las iglesias de Mallorca, en la ciudad italiana del Alguero y en la ciudad valenciana de Ontinyent. El día 16 de noviembre de 2010 este canto fue declarado por la UNESCO Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

En la Grecia clásica, la Sibila era el arquetipo de la profetisa y la sacerdotisa. Mujer de sabiduría y vehículo de las revelaciones divinas, constituía a la vez el símbolo de la mujer arcaica que reunía muchos atributos encarnados antaño por las Diosas Madres del Paleolítico, las Magna Mater de Oriente y del mundo clásico grecorromano, como Isis, Ishtar, Deméter y Atargatis.
 
El oráculo de la Sibila Eritrea, que anunció en el siglo II a. C. la llegada de una edad de oro del hombre con el nacimiento de un niño, hijo de una madre virgen, permitió al cristianismo aprovechar esa figura y recuperar ese oráculo para proclamar el mensaje de la segunda venida del Mesías.

Virgilio aparece como un profeta del nacimiento de Cristo, pues en su famosa Égloga IV se vio una predicción del mismo. Lactancio en sus Divinae Institutiones, en el siglo IV, interpretó esta égloga en sentido cristológico; lo mismo hizo Constantino en la oración pascual después del concilio de Nicea, y San Agustín admitió como posible la inspiración divina de la Sibila cumana, en la que, a su vez, se habría inspirado Virgilio para la composición de esta Égloga.
 
Un fragmento de la misma dice:

Ultima Cumaei uenit iam carminis aetas;
magnus ab integro saeclorum nascitur ordo.
iam redit et Virgo, redeunt Saturnia regna,
iam noua progenies caelo demittitur alto.
tu modo nascenti puero, quo ferrea primum
desinet ac toto surget gens aurea mundo,
casta faue Lucina; tuus iam regnat Apollo.

  Ya viene la última era de los Cumanos versos:
ya nace de lo profundo de los siglos un magno orden.
Ya vuelve la Virgen, vuelve el reinado de Saturno;
ya desciende del alto cielo una nueva progenie.
Tú, al ahora naciente niño, por quien la vieja raza de hierro
termina y surge en todo el mundo la nueva dorada,
se propicia ¡oh casta Lucina!: pues ya reina tu Apolo.

 
La tradición de celebrar el Canto de la Sibila por Navidad parece iniciarse musicalmente en los siglos IX-X (San Marcial de Limoges). Sus visiones apocalípticas son trágicas y desgarradoras, pero la música que las acompaña es armónica y mágica. El Canto de la Sibila se interpretó durante siglos por la voz  de un niño, ya que las mujeres tenían prohibido hacerlo dentro de los templos, salvo en los monasterios femeninos. Gracias a este canto milenario, la luz de las sibilas -délfica, pérsica, líbica, cumea, eritrea, samia, cumana, helespóntica, frigia y tiburtina- sigue todavía viva en voz y figura femenina.
 
Iudicii signum: tellus sudore madescet.
La señal del juicio: la tierra se empapará de sudor.

E caelo rex adueniet per saecla futurus,
Scilicet ut carnem praesens, ut iudicet orbem.
 
Iudicii signum: tellus sudore madescet.
 
Vnde Deum cernent incredulus atque fidelis
Celsum cum sanctis aeui iam termino in ipso.
 
Iudicii signum: tellus sudore madescet.
 
Sic animae cum carne aderunt, quas iudicet ipse,
Cum iacet incultus densis in uepribus orbis.
Iudicii signum: tellus sudore madescet.
 
Reicient simulacra uiri, cunctam quoque gazam,
Exuret terras ignis pontumque polumque.
 
Iudicii signum: tellus sudore madescet.
 
Inquirens, taetri portas effringet Auerni.
Sanctorum sed enim cunctae lux libera carni.
 
Iudicii signum: tellus sudore madescet.
 
Tradetur, sontes aeterna flamma cremabit.
Occultos actus retegens tunc quisque loquetur.
 
Iudicii signum: tellus sudore madescet.
 
Secreta, atque Deus reserabit pectora luci.
Tunc erit et luctus, stridebunt dentibus omnes.
 
Iudicii signum: tellus sudore madescet.

  
Cf. San Agustín, La ciudad de Dios, XVIII [XXIII]

 
La difusión de los versos de la Sibila en romance sucede en España desde el siglo XIII puesto que en las Cántigas de Santa María de Alfonso X el Sabio hay una adaptación del Iudicii signum.

Vide: El canto de la Sibila (Wikipedia)

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